martes, 14 de mayo de 2013

Consejo al pintor nobel

Reconocemos a las personas por su inconfundible letra  manuscrita, cosa imposible si la letra fuera de imprenta o tipografiada con máquina de escribir o computadora, de ahí que la Justicia considera a aquélla como la única legal.
En las artes plásticas (dibujo, pintura, escultura, arquitectura) ocurre otro tanto. Nos resulta fácil reconocer al primer golpe de vista un cuadro de Van Gogh, Picasso, Modigliani, etc. y entre nuestros artistas, un cuadro de  Quinquela,  Soldi,  Del Prete, etc.
En las obras clásicas, es difícil individualizar al autor de un cuadro, un dibujo o una escultura porque la mayoría de los paisajes, escenas y personajes reflejan imágenes que no podían lograrse con la aún no inventada fotografía. Pero ante el surgimiento de ésta y aún desde poco tiempo antes, los artistas plásticos, a partir del impresionismo, comenzaron a distanciar y diferenciar sus obras de las clásicas, lo cual sigue hasta nuestros días en la casi totalidad de los ejemplos.
Las Academias y los Maestros como es natural, nos enseñan el arte básico que es el clásico, y el alumno, con el correr del tiempo, va creando su personal forma de  pintar. Eso es el estilo de cada uno, su “caligrafía” que como decíamos al principio, individualiza inconfundiblemente a una persona.